El fallo de las series españolas

El fallo recurrente de las series españolas es la falta de autoría.

Fleishman está en apuros es un mini serie de 8 capítulos que ha funcionado muy bien. Adaptación de la novela de Taffy Brodesser-Akner , una periodista norteamericana. Muy recomendable y que me sirve para tratar el tema del punto de vista como autoría.

Fleishman está en apuros, narra la historia de un hombre en plena crisis de los cuarenta y en medio de un posible divorcio. Un tema muy manido y sin embargo, resulta fresco y nuevo. El guion, escrito también por la autora, respeta el punto de visto de mujer, propio, personal, de Taffy. Una mujer hablando de hombres, de sus amigos hombres. Y unos personajes dimensionados, inspirados o incluso, porqué no, copiados de la realidad. Unos personajes que resultan creíbles y lejos de los arquetipos-tópicos.

Probablemente una auto-ficción, un género que se lleva practicando desde hace tiempo en muchos otros países, menos aquí. Y sigo sin entender el porqué de este desprecio. He llegado a escuchar por parte de hombres muy posicionados en la industria cultural, de los que deciden contenidos, comentar que Annie Ernaux no es para tanto… ¿Por qué no hay asesinatos o violencia? No consigo entenderlo.

Lo que aporta Taffy Brodesser-Akner precisamente, es unos personajes masculinos tratados desde el punto de vista de una mujer y con cariño. Unos personajes enteros, no-planos.

Nada que ver, por ejemplo, con los personajes masculinos de la serie Machos Alfa. Un versionado de la comedia madrileña de los años setenta y ochenta que siguen sin apenas evolucionar desde el siglo pasado. Parece que Fernando Colomo es insuperable. Personajes masculinos que he escuchado definir como pijos. Y me cuadra porque al fin y al cabo, los pijos, la gente bien, conserva, suele ir a contrapié de la evolución histórica. Personajes «españoles-madrileños» que me atrevo a decir, provocan en sí mismos, la rebelión de muchas comunidades periféricas.

En fin. Bromas aparte. En Machos Alfa los personajes tiran de tópico y son tratados desde un consenso «políticamente correcto» que uniformiza a los personajes. No hay un punto de vista autoral, obviando una máxima de la comunicación: lo particular es universal.

¿Por qué se produce esta auto inmolación, esta auto castración respecto a los personajes en nuestro audiovisual? ¿En aras de la audiencia? Respetar a la audiencia es lo natural y lo que hay que hacer, pero no veo ninguna contradicción en trabajar mejor los personajes y la audiencia, sinceramente.

He llegado a la conclusión de que esta carencia, salvo excepciones que ya comentaré, abunda demasiado en nuestro audiovisual, viene de lejos. Opino que de un mal hacer en literatura.

El audiovisual anglo parlante, sigue la tradición de su cultura literaria en la que socialmente se respeta y mucho, al AUTOR. Algo que poco ocurre en nuestras tierras. No sé porqué.

Este respeto al autor es lo que permite la existencia del showrunner. Aquí todavía no se entiende esta figura. Es un guionista-autor que opina y hasta gestiona, la producción y no un productor que opina sobre el guion.

Hacedme caso. Sé de que hablo. La falta de un punto de vista, la autoría, es el talón de Aquiles de muchos guiones patrios. Unos buenos diálogos y unas buenas interpretaciones, como en el caso de Machos Alfa, puede esconder ese fallo, pero no deja de estar ahí. Y son series que viajan y envejecen, mal.