MERCÈ DE CLASCÀ. AUTORA DE DOS IMPACTANTES NOVELAS DE FICCIÓN AUTOBIOGRÁFICA

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AUTORA DE DOS IMPACTANTES NOVELAS DE FICCIÓN AUTOBIOGRÁFICA.

Viaje hacia la levedad del sentir. Los números muertos de nuestro tiempo.

Mercè de Clascà

Foto de 1954. Hotel Colón en Caldes D’Estrac (CALDETES) Barcelona.

MERCE DE CLASCA. AUTORA DE DOS IMPACTANTES NOVELAS DE FICCIÓN AUTOBIOGRÁFICA

TODA UNA VIDA. La infancia es la patria de todos. En la foto debo tener como tres años. Había aprendido a leer yo sola y muy pronto, igual que aprendí matemáticas también por mi cuenta. De las matemáticas recuerdo lo fácil que me resultó el álgebra, como si ya lo supiera de siempre y sin embargo, me pasé a Letras. Las historias pesaron mas en mi corazón.

Era una niña seguidora de Mary noticias y decidí que quería ser periodista, pero no pudo ser. El destino, las circunstancias, me arrastraron a otras orillas que acabaron en un exilio en Londres. «Gracias» a Franco aprendí Inglés.

En la foto, ando agarrada a lo que parece es un TBO. Disfrutaba con las estupendas historietas de Ibáñez como la de 13 Rue del Percebe precursora, por ejemplo, de la serie de televisión Aquí no hay quien viva, entre otras.

Me siguen gustando los cómics y compré un libro ilustrado no hace mucho, El último tahúr. Aunque no haya trabajado en ninguno, cuando empecé mi etapa creativa ya fue en la tele, tengo el honor de salir en uno de los primeros números de El Víbora, totalmente irreconocible puesto que voy disfrazada de «Vagina dentada» 🙂 Perdí el ejemplar, pero la historia ilustrada en concreto, está en el libro Los años 70 vistos por Nazario y sus amigos.

Nací en tiempos de Radio. Recuerdo volver corriendo del parvulario a casa, para poder llegar a tiempo de escuchar las aventuras de «cucarachin multa gorda» y de «ciempiés-cien patas». Me reía a gusto. El humor ha sido mi flotador y el disolvente que me ha unido a mis amados. El humor y la magia… la ilusionista y la otra.

Lloraba de risa, literalmente hablando, escuchando los escritos de Pepe, los mismos monólogos que representó después en el teatro, sentados ambos en un banco del patio de Letras. Nos intercambiábamos nuestros textos. Él con veinte o veinte un años y yo con diecisiete-dieciocho. Fui su primera audiencia. Sigo creyendo que escribir buenos monólogos es de lo más difícil que hay.

En esa época recibía clases de mimo de un señor que se llamaba Albert Boadella y era una fan de Marcel Marceau y de la compañía Joglars. Ya era fan de la danza. El cuerpo, el cuerpo es donde habita el alma. Acaso no es lo que nos muestran los bailarines. Acaso no es la magia de Pina Baus, Marta Graham, Sol Picó, Cesc Gelabert . El espectáculo de danza que mas me ha conmovido últimamente ha sido de Jordi Cortés de la compañía de danza integrativa Liant la Troca. Piel de gallina.

Siempre he escrito. De niña tenía mi diario y cuando en el Instituto nos pidieron escribir una obra de teatro yo presenté dos.

En mi casa había muy pocos libros, no creo que llegaran a diez. Mis primeras lecturas me las proveyó mi tía que me regaló todos los cuentos de los hermanos Grimm. Uno de esos cuentos sigue vivo en mi conciencia. Trataba sobre dos hermanos que aunque separados de muy pequeños, sabían que si un día la espada que ambos poseían se teñía de rojo debían acudir en ayuda del otro, ¿los campos y la resonancia mórfica de Rupert Sheldrake?. Este cuento tradicional junto a la serie de televisión El túnel del tiempo marcaron mi búsqueda intelectual. ¿Estamos comunicados a distancia? ¿Podemos viajar en el tiempo?

La tele llegó a mi vida cuando tenía ocho años. Todavía puedo sentir la tristeza que me entraba cuando acababa Las aventuras de Rin Tin Tin y tenía que prepararme para «ingresar» en el colegio sin saber cuándo estaría de vuelta en casa. El castigo habitual en el internado era no dejarte salir los findes. Malditos.

Otra serie de televisión que me impacto fue El Fugitivo, una serie que también marcó una época en la que muchos nos sentíamos acusados injustamente y nos veíamos obligados a huir de una sociedad paranoica, gris, violenta y cruel. El escapar (ya fuese literal o metafórico) fue el espíritu de los tiempos me atrevería a decir que hasta los años ochenta, para muchos, nuestro más profundo deseo. Me pasé de los seis hasta los doce años de mi infancia, urdiendo planes de fuga del colegio y luego del país y…. Todavía me asalta, a veces, esa necesidad.

Años después, quiso el destino que conociera en un chat de guionistas a Paul Lucey uno de los guionistas de la serie El Fugitivo y reconocido profesor de guion. Conectamos y fue él quien me dio la base formativa sobre escritura para audiovisual. Sigo afirmando que su manual sobre escritura de guion es el mejor.

El idioma inglés al que la obligación del exilio y el consejo de mi pareja, me condujo, me permitió no tan sólo relacionarme con Paul Lucey sino también tener acceso directo al trabajo de guionistas norteamericanos y británicos. La casualidad me llevó eventualmente, a colaborar con la Facultad de Periodismo, lugar al que no había podido acudir de joven. El destino es como el mar, la ola te aparta de la orilla y te devuelve a ella.

Mi otra herramienta de supervivencia, la magia, me llevó a estudiar magia ilusionista y a vivir la vida inesperadamente.

Pregunta: ¿mi destino lo marcó estas referencias culturales o reconocí en estas referencias mi futuro? 🙂