“Los adultos son niños que murieron”, leo en la página 67 de El proceso de la presencia escrito por Michael Brown.
Para poder crear hay que trabajar desde el niño que llevamos dentro. Pienso que, parafraseando a MBrown, crear es “resucitar” a ese niño muerto… y, a veces, parece algo imposible.
¿Y no es acaso esa la magia del circo, la de los magos-ilusionistas… La magia de conseguir resucitar al niño que murió en nosotros cada vez que somos testigos de que lo imposible existe…?
La gente del circo son nuestros abuelos.
No hay que olvidar que el cine nació como un espectáculo de feria.