Ojalá «manden» las máquinas o sobre la Inteligencia Artificial
Estoy leyendo que la Inteligencia Artificial ya llega a contestar preguntas de nivel universitario con el chat GPT-3 . Me alegro profundamente. Ya es hora que sepamos separar el grano de la paja, centrarnos en el proceso, en el pensar, y no en la memoria.
Nunca he sido ludita, no les entiendo, como tampoco entiendo este nuevo ludismo de contenidos. Recordemos que los lavavajillas son IA también.
Yo imagino un mundo cada vez mas cercano, en el que no tengamos que depender de gente cuya función es totalmente automatizable, como ocurre con actividades que sólo «maquinan»: las escuelas de negocio, pongamos por caso, cuya única finalidad es el máximo beneficio.
La parte inquietante podría ser que dependamos de los sesgos poco «humanísticos» de los ingenieros, hombres en su mayoría, y de su estructura lógica-matemática que no siempre coincide con Aristóteles.
He leído que la IA puede escribir monólogos. No. La IA hasta el día de hoy ayuda a escribir monólogos, pero sin el sujeto de la acción, de la oración, o sea, el monologuista, el resultado es «plano». No hay arte sin «duende«.
Sólo comentar algo que lleva ocurriendo desde el principio de la vida digital. Leer pantallas no es aristotélico, no hay planteamiento, desenlace y conclusión. Los niños ven la pantalla al completo, la absorben en su totalidad, para que me entendáis. Los juegos tienen una estructura lógica «caótica» y aprendemos a través de estos medios y el mensaje está cambiando.
Estos aprendizajes por pantallas, como ocurre con los aprendizajes audiovisuales, nos conforman de una manera distinta a la aristotélica. Aunque Sócrates: pregunta-respuesta sigue vigente.
Ya veremos qué ocurre, pero yo no me asustaría tanto con los niños, es un nuevo paradigma, una nueva manera de pensar y de observar. Lo que sí es malo es que «sólo» utilicen pantallas. La obsesión.
Ojalá las máquinas controlen todo el mundo maquinable y nos podamos dedicar, por fin, a investigar, a experimentar , a desarrollar, lo qué es eso de ser humanos. A jugar sin necesidad de sacar ningún resultado.