UNA SORPRENDENTE NOVELA DE FICCIÓN AUTOBIOGRÁFICA (Saldrá a la venta en breve)

«Alucinar es mirar desde el trauma» Los números muertos de nuestro tiempo
MERCÈ DE CLASCÀ
Portada: La magia y el azar. Diseño Gretel Broyn
LOS NÚMEROS MUERTOS DE NUESTRO TIEMPO ES UNA SORPRENDENTE NOVELA DE FICCIÓN AUTOBIOGRÁFICA. UNA CONTINUACIÓN DE Viaje hacia la levedad del sentir.
SINOPSIS: Mejor no digas nunca «he tocado fondo» porque siempre existe la posibilidad de que te puedas hundir todavía más. Como en el infierno de Dante, la protagonista de Los números muertos de nuestro tiempo, baja al infierno en busca de su amado.
Esta mujer, ya con sesenta años, que ha superado la muerte de su primer difunto, vuelve a enamorarse localmente. Dispuesta a sumergirse en esa nueva relación, abandona la terapia y la búsqueda de sentido que le había ayudado con el duelo de su primer marido. Pero, tal como le dijo la terapeuta: —la búsqueda del camino espiritual es como la mafia, si entras, ya no podrás salir de él nunca mas—
La protagonista acaba enfrentándose, inevitablemente, a sus propios miedos y demonios. Y en una vuelta de tuerca, como si estuviera metida en una espiral, en un eterno retorno del tiempo y los sucesos, experimenta otra vez la profundidad magnética, la fuerza de arrastre del amor cautivo y una segunda muerte de su pareja. Pero, esta vez es el final del camino.
La PREGUNTA o concepto de la novela Los números muertos de nuestro tiempo no es sobre el destino sino sobre la conciencia. ¿Cómo percibimos el mundo? ¿Desde qué tipo de conciencia? ¿Desde qué, yo?
La percepción es ese concepto magnético que me atrapa y del que sigo aprendiendo día a día puesto que no dejamos de ponerlo a prueba cuando nos comunicamos. ¿Cómo sabes que el otro te ha entendido o que te ve tal cual quieres que te vea?
La comunicación tiene algo de mágico cada vez que se produce. En una clase saber cómo entiende, como procesa el alumno es fundamental para poder comunicarte con él. Un buen médico se pone en el lugar del paciente para poder curarle. En el showbusiness hay que conectar con el espectador, «pensar» al mismo tiempo que él. Sin empatía no hay cultura, no hay arte, no hay solución.
Parafraseando a mi amado y añorado Gabi de la misma manera que un juego de cartomagia tiene una vida externa y una vida interna, la realidad se puede observar también desde la mirada interna, de la emoción, y yo añado incluso del trauma. O desde la externa, la que observa sin juzgar. ¿Alucino o percibo?
Los números muertos de nuestro tiempo va del trauma, del dolor de la herida que te escinde. El trauma condiciona la percepción.
La publico en breve.